Había una vez un preso que solía mirar al exterior a través de una pequeña abertura enrejada en la pared de su celda. Todos los días se asomaba al ventanuco y, cada vez que veía pasar a alguien, estallaba en sonoras e irrefrenables carcajadas. El guardián de la cárcel lo observaba sorprendido, hasta que no pudo contener la curiosidad y le preguntó:
— ¿Se puede saber de qué te ríes?
Y el preso contestó:
— ¿Cómo de qué me río? ¿Estás ciego? ¿No ves que todos ellos están presos detrás de estas rejas?
Cuento popular hindú
viernes, 12 de diciembre de 2008
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