Tenía un fuerte dolor de garganta y fui a una antigua farmacia del barrio. El viejo farmacéutico me recomendó una tisana de hierbas.
— ¿Será eficaz? — le pregunté.
— En caso de duda, consulte a su médico — me respondió.
Seguí su consejo y consulté a un médico, que me prescribió un antibiótico tan costoso como ineficaz. A los cinco días, mi dolor de garganta había empeorado y regresé a la farmacia.
— El doctor me recetó este antibiótico, pero no me ha curado. ¿Qué hago?
— En caso de médico, consulte a su duda — dijo sonriente el anciano. Y agregó —. ¿Quiere llevar la tisana?
Cuento de origen desconocido
martes, 16 de diciembre de 2008
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