Había una vez un rabí que era tartamudo. Un día, en un juicio, decidió en contra de una persona que era grosera. El perdedor se enojó y empezó a llamarlo mentiroso, estafador, sobornado, ignorante y otros calificativos por el estilo. Entonces, el rabí replicó:
— ¡Y tú eres un tar… ta… mu… do!
— ¿Yo tartamudo? — preguntó el litigante.
— Claro que sí — contestó el rabí —. Si tú me llamas lo que eres, yo puedo llamarte lo que soy.
El hombre partió avergonzado.
Cuento de la tradición jasídica
sábado, 6 de diciembre de 2008
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