Un hombre quería vivir para siempre y fue a consultar a un sabio. Este le enseñó una vela encendida.
— ¿Ves? Tu vida es como esta vela encendida. La cera va consumiéndose poco a poco al calor de la vela. Finalmente, la cera se terminará, al igual que tu vida y no quedará nada.
— Entonces, ¿quieres decir que mi vida es como esta vela?
— Así es. Cuando se consuma la vela, se consumirá tu vida — dijo el sabio —. No puedes hacer nada para evitarlo.
— Sí, puedo hacer algo — dijo el hombre. Entonces, humedeció sus dedos y, con ellos, apagó la vela.
Cuento de origen desconocido
jueves, 18 de diciembre de 2008
El hombre que quería vivir eternamente
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