Un pobre llamó a la puerta de rabí Shmelke. No había dinero en la casa y entonces el rabí le dio un anillo. Un momento después, su mujer lo abrumó con reproches por regalar una alhaja tan valiosa, con una piedra tan grande y preciosa, a un pordiosero desconocido. Rabí Shmelke mandó llamar al pobre y le dijo: “Acabo de saber que el anillo que te di es de gran valor. Ten cuidado de no venderlo por muy poco dinero”.
Cuento de la tradición jasídica
miércoles, 3 de diciembre de 2008
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