Decía un maestro a sus discípulos:
— Un hombre bueno es aquél que trata a los otros como a él le gustaría ser tratado. Un hombre generoso es aquél que trata a otros mejor de lo que él espera ser tratado. Un hombre sabio es aquél que sabe cómo él y otros deberían ser tratados, de qué modo y hasta qué punto
Alguien le preguntó:
— ¿Qué es mejor: ser bueno, generoso o sabio?
— Si eres sabio, no tienes que estar obsesionado con ser bueno o generoso. Estás obligado a hacer lo que es necesario.
Cuento de origen desconocido.
miércoles, 7 de octubre de 2009
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