Cuenta una antigua leyenda que, en la Edad Media, un hombre fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona muy influyente del reino y, por eso, desde el primer momento se buscó un "chivo expiatorio", para encubrirla.
El hombre que fue llevado a juicio sabía que no tendría posibilidad de escapar a la horca. El juez, también comprado, intentó simular un juicio justo y le dijo al acusado:
— Conociendo tu fama de hombre devoto, vamos a dejar tu destino en manos de Dios. Escribiremos en dos papeles separados las palabras “culpable” e “inocente”. Tú elegirás y será la mano del Señor la que decida tu destino.
Por supuesto, el juez había preparado dos papeles con la misma leyenda: CULPABLE. Y la víctima, que imaginaba el fraude, no podía rehusarse a elegir.
El juez ordenó al hombre tomar uno de los papeles doblados. Este respiró profundamente y permaneció en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados. Cuando la sala comenzaba a impacientarse, abrió los ojos y, con una extraña sonrisa, tomó uno de los papeles, lo llevó a su boca y lo engulló con rapidez.
Indignados, los presentes exclamaron:
— Y ahora, ¿cómo conoceremos el veredicto de Dios?
— Es muy sencillo —respondió el hombre —. Lean el papel que queda, y sabrán lo que decía el que me tragué.
Disimulando su gran enojo, tuvieron que liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo.
Cuento de origen desconocido.
jueves, 29 de octubre de 2009
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1 comentario:
Hola Gabriela. Tu blog me parece super interesante y agradable. Cuentos para mejorar nuestra vida.
En mi caso me gusta escribir poesia y cuentos con el mismo propósito.
Incluso me gusta contarlos o grabarlos con mi voz y compartirlos.
Leí este cuento y eso hice. Ahora puedes tú y tus lectores escuchar este cuento en mi podcast: http://arturomora.mypodcast.com/ .
Deseo saber comunicarme contigo sobre esta propuesta. Mi email es: teseo79@gmail.com .
Gracias y saludos desde Costa Rica.
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