— Es cierto —dijo mecánicamente el hombre, sin quitar la vista de las llamas que ardían en la chimenea aquella noche de invierno—; en el Paraíso hay amigos, música, algunos libros; lo único malo de irse al Cielo es que allí el cielo no se ve.
Cuento tomado del libro “La oveja negra y demás fábulas”, de Augusto Monterroso.
jueves, 1 de octubre de 2009
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