— Padre —preguntó un día el hijo más joven de Nasrudín—, ¿cómo puedo llegar a ser tan sabio como tú?
— Si un hombre erudito habla, escúchalo —contestó el mullah—, y si hablas tú, escúchate.
Cuento de la tradición sufí.
viernes, 16 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario