El hijo de un experto ladrón le pidió a su padre que le enseñara los secretos del oficio. El viejo ladrón estuvo de acuerdo y, esa noche, se llevó a su hijo a robar una gran casa. Mientras la familia estaba dormida, condujo sigilosamente a su joven aprendiz a un cuarto que tenía un armario. Luego, le dijo que entrara al armario a elegir algunas ropas.
Cuando lo hizo, su padre cerró rápidamente la puerta dejándolo adentro. Entonces salió de la casa, golpeó ruidosamente la puerta delantera, despertando a la familia, y se escabulló antes de que alguien lo viera.
Horas después, el hijo volvió a casa completamente agotado.
— ¡Padre! —gritó con ira— ¿Por qué me encerró en ese armario? Si no me hubiera desesperado por miedo a que me capturaran, nunca me habría escapado. ¡Tuve que usar todo mi ingenio para salir!
El viejo ladrón sonrió.
— Hijo, has tenido tu primera lección en el arte del robar casas.
Cuento de origen desconocido.
lunes, 19 de octubre de 2009
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