El discípulo se quejaba constantemente a su maestro:
— No haces más que ocultarme el secreto último del Zen.
Y se resistía a creer sus negativas.
Un día, el Maestro lo llevó a pasear por el monte. Mientras andaban, oyeron cantar a un pájaro. — ¿Has oído el canto de ese pájaro? —le preguntó el Maestro.
— Sí — respondió el discípulo.
— Bien; ahora ya sabes que no te he estado ocultando nada.
— Sí — asintió el discípulo.
Cuento tomado del libro “El canto del pájaro”, de Anthony de Mello.
miércoles, 21 de octubre de 2009
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