A un visitante que había acudido esperando encontrarse con algo fuera de lo normal, lo defraudaron las triviales palabras que el Maestro le había dirigido.
—He venido aquí buscando a un Maestro —le dijo a un discípulo—, y todo lo que encontré fue a un ser humano que no se diferencia de los demás.
Y el discípulo le replicó:
—El Maestro es un zapatero con infinitas provisiones de cuero. Pero lo corta y lo cose de acuerdo con las dimensiones de tu pie.
Cuento de Anthony de Mello.
jueves, 9 de junio de 2011
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