Nasrudín había perdido el burro y, mientras lo buscaba, rezaba y daba gracias a Dios.
—¿Cómo puedes estar tan contento si has perdido tu precioso burro? —le preguntaron.
—Estoy feliz porque no estaba encima del animal en ese momento. ¡De no ser así, me habría perdido yo también!
Cuento de la tradición sufí.
viernes, 3 de junio de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario