Un discípulo le preguntó a su maestro:
—¿Cómo puedo convertirme en el más grande guerrero?
—Sube a esa colina e insulta a la roca que se encuentra en lo alto.
—Pero, ¿y si ella no reacciona?
—Entonces, golpéala con tu espada.
—¡Pero mi espada se romperá!
—Entonces, atácala con tus propias manos.
—De ese modo, solo lograré que me duelan las manos... Y eso no es lo que pedí. Lo que quiero saber es cómo convertirme en el mayor de los guerreros.
—El más grande de los guerreros es como la roca. No se preocupa por los insultos o provocaciones, pero siempre está dispuesto a deshacerse de cualquier ataque del enemigo
Cuento de la tradición budista zen.
lunes, 13 de junio de 2011
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