Mientras Nasrudín estaba sentado en la sala de espera del consultorio del doctor, repetía en voz alta:
—¡Oh, Dios, espero estar muy enfermo!
Esto intrigó mucho a los otros pacientes que, sin embargo, no se atrevieron a averiguar la razón de tales palabras. Cuando el médico llegó, el mullah dijo casi a gritos:
—¡Realmente, espero estar muy enfermo!
—¿Por qué dices eso? —preguntó el galeno.
—No me gustaría pensar que alguien que se siente tan mal como yo no tiene nada.
Cuento de la tradición sufí.
domingo, 19 de junio de 2011
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