martes, 14 de junio de 2011

Deseos

Nasrudín invitó a todos sus discípulos a una cena. Comieron y bebieron durante varias horas, mientras charlaban sobre el origen de las estrellas y los propósitos de la vida. Cuando casi amanecía, los comensales se prepararon para regresar a sus hogares pero el mullah trajo un gran plato de dulces exquisitos. Se los ofreció amablemente pero uno de ellos se negó a aceptarlos diciendo:
— El maestro nos está probando. Quiere comprobar si podemos controlar nuestros deseos.
—Te equivocas —repuso Nasrudín—. La mejor manera de dominar un deseo es satisfacerlo. Prefiero que tengan los dulces en el estómago que en el pensamiento, que debe utilizarse para cosas más nobles.

Cuento de la tradición sufí.

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