Cierta vez, uno de los alumnos de Rabí Noaj de Lekowitch le pidió palabras de la Torá que lo ayudaran a mejorar sus cualidades. En ese mismo instante, comenzó a sonar el reloj de pared. Rabí Noaj le dijo a su alumno:
— ¿Acaso necesitas de un maestro mejor que la campana de un reloj? Cada sesenta minutos suena para recordarnos que otra hora más de vida acaba de pasar....
Cuento de la tradición jasídica.
lunes, 21 de junio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario