miércoles, 23 de junio de 2010

Abolengo

Se cuenta que, una vez, llegó ante un rabino cierta persona que se jactaba de su abolengo familiar y de sus antepasados. El religioso, luego de escucharla durante un rato, la miró fijamente a los ojos y le dijo:
— ¿Sabe cuál es la diferencia entre usted y yo? Que mientras que con usted, aparentemente, el abolengo de su familia se termina, el mío, con la ayuda de Dios, recién empieza...

Cuento de la tradición jasídica.

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