Una vez, el Baal Shem se detuvo en el umbral de una Casa de Oración y se negó a entrar.
— No puedo entrar —dijo—. Está llena de enseñanzas y de preces desde el suelo hasta el techo y de pared a pared. ¿Cómo puede haber lugar para mí?
Y, como viera que los que lo rodeaban lo miraban sin comprender, añadió:
— Las palabras salidas de los labios de aquellos cuya enseñanza y oración no brota de un corazón inclinado hacia el cielo no pueden elevarse sino que llenan la casa de pared a pared y desde el suelo hasta el techo.
Cuento de la tradición jasídica.
sábado, 5 de junio de 2010
Desde el suelo hasta el techo
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