Cierto pueblo de la India se había hecho famoso porque uno de sus habitantes llevaba dormido más de veinticinco años. Cansados de que los visitantes les preguntaran el por qué de tan extraño fenómeno, decidieron llamar a un ermitaño que vivía en un monte cercano. Este hombre tenía fama de leer los pensamientos y el alcalde mismo fue a solicitar su presencia.
Aunque vivía dedicado a la contemplación y apartado del mundo, el eremita aceptó bajar al pueblo. Una vez allí, se sentó junto al durmiente y entró en estado de profunda meditación.
Minutos después, parpadeó ligeramente y regresó a su estado ordinario de conciencia. Todo es pueblo esperaba ansioso sus palabras.
— Amigos míos —dijo—, he llegado hasta lo más profundo del corazón y de la mente de este hombre, y he encontrado la causa de su mal. El sueña continuamente que está despierto y, por lo tanto, no se propone despertar.
Cuento de la tradición hindú.
miércoles, 30 de junio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario