Un viajero derviche visitó a cierto maestro que era como un imán para la gente ambiciosa y le preguntó:
— ¿Cómo puedes soportar la compañía de personas tan horribles? Nunca han progresado por estar cerca de ti ni fueron atraídas por tus virtudes, puesto que, según confiesan, sólo buscan poderes que no tengan los demás.
— Amigo —respondió el maestro—, si todas las serpientes del mundo se dedicaran a su instinto de matar, y ninguna fuera distraída con vanas esperanzas que impiden que su maldad sea ejercitada, no quedaría un solo ser humano vivo.
Cuento de la tradición sufí.
jueves, 29 de abril de 2010
La distracción de las serpientes
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