Muchos alumnos estudiaban meditación zen con el maestro Sengai. Uno de ellos solía levantarse a la noche, saltar por encima de la pared del templo, e ir a la ciudad en una excursión de placer.
Una noche, mientras Sengai, inspeccionaba el dormitorio, descubrió que este alumno faltaba, y también halló el alto taburete que había utilizado para escalar la pared. El maestro se sentó sobre él y esperó.
Cuando el trasnochador regresó sin saber que estaba Sengai en el taburete, apoyó los pies en su cabeza y saltó al jardín del templo. Pero al descubrir lo que había hecho, se horrorizó.
Sin embargo, Sengai se limitó a decir:
— Es una mañana helada. Ten cuidado de no tomar frío.
El alumno nunca volvió a salir de noche.
Cuento de la tradición budista zen.
miércoles, 21 de abril de 2010
Excursión de medianoche
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