Antístenes fue uno de los discípulos de Sócrates que heredó de su maestro el gusto por lo escaso y la vida sin excesos. Pero, en ese aspecto, llegaba a extremos casi exhibicionistas de pobreza.
Un día, Sócrates lo vio caminando con su capa raída y extremadamente rota por la ciudad. Como Antístenes se preocupaba mucho de que se viese más la parte más estropeada, Sócrates le dijo:
—Por los agujeros de tu capa te veo las ansias de fama.
jueves, 31 de marzo de 2011
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