Cuenta la leyenda que había un astrólogo y un rey poderoso y despótico al que le molestaba mucho la atención que el pueblo daba a las predicciones del adivino. Cierto día, el rey decidió mandarlo matar, pero antes quiso darles una lección al pueblo y al astrólogo.
—Amigo de los astros, tú que lo sabes todo, ¿podrías decirme qué día morirás?
El astrólogo miró al pueblo reunido alrededor de la plaza y miró al verdugo. Pidió unos minutos para consultar a los astros. Pasado ese tiempo, el rey le preguntó:
—Y bien, ¿qué te han dicho?
—Señor mío, no me atrevo a contároslo.
—Dilo ya. ¿O no lo sabes?
—Señor mío, los astros afirman que moriré exactamente un día y una hora antes que Vuestra Majestad.
Y así fue como el sabio astrólogo vivió muchos años en el palacio, bien cuidado por el rey, por si acaso.
Cuento de origen desconocido.
viernes, 11 de marzo de 2011
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