Una vez le preguntaron a un guerrero invencible por qué se paseaba por las calles con un aire tan humilde. Mostró una mano extendida y contestó:
—Mis dedos son cinco señores. Estos cinco señores se inclinan ante mí.
Fue cerrando la mano hasta convertirla en un puño.
—Mientras más humildes se hacen, más fuerza me dan.
Cuento de Alejandro Jodorowsky.
martes, 29 de marzo de 2011
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