Un cachorrito de perro, perdido en la selva, vio que un tigre venía hacia él. Mientras buscaba desesperadamente una idea salvadora, observó unos huesos tirados en el suelo y comenzó a morderlos.
Cuando el felino estaba a punto de atracarlo, el perrito exclamó en voz alta:
—¡Este tigre que acabo de comer estaba delicioso!
El tigre, entonces, paró bruscamente y, muerto de miedo, dio media vuelta y huyó mientras pensaba para sí:
- ¡Qué cachorro feroz! ¡Por poco me come a mí también!
Un mono, que había visto todo, fue detrás del tigre y le contó cómo había sido engañado. El felino se puso furioso y dijo:
—¡Maldito cachorro! ¡Ya me las va a pagar!
Cuando el perrito vio que el tigre volvía con el mono sentado encima, pensó:
—¡Ah, mono traidor! ¿Y ahora qué hago?
Pensó nuevamente y se le ocurrió otra idea. Se puso de espaldas al tigre y cuando éste se preparaba para darle un zarpazo, exclamó:
—¡Qué mono perezoso! ¡Hace una hora que lo mandé para que me trajese otro tigre y todavía no ha vuelto!
Y esta vez, el tonto felino huyó para no regresar.
Cuento de origen desconocido.
domingo, 13 de marzo de 2011
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