Una vez, el Baal Shem Tov les pidió a sus discípulos que se dirigieran a las afueras de la ciudad, pues allí encontrarían a una de las personas más sabias y justas de su tiempo.
Cuando llegaron al lugar, vieron a un judío que, sentado en el campo, cantaba y recitaba las letras del alfabeto. Cada vez que finalizaba, decía: “Oh, Dios, tú creaste el alfabeto y combinas todas sus letras. Yo no sé cómo alabarte ni cómo rezarte. Combina tú las letras y considera que ésa es mi alabanza pues, sin duda, tú sabrás hacerlo mejor que yo”.
Cuento de la tradición jasídica.
sábado, 3 de julio de 2010
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