El dios Zeus se hallaba repartiendo dones a animales y pájaros en el monte Olimpo. De pronto, se presentó ante él una pequeña abeja que le dijo:
— De todos los regalos que puedes darme, solo quiero uno. Deseo poder infligir un gran dolor.
— ¡Lo que quieres es terrible! —dijo el dios—. Sin embargo, te lo concederé. Con este aguijón podrás dar una punzada muy dolorosa. Pero empléalo con cuidado, en momentos de mucho enojo y conflicto, porque solamente podrás usarlo una vez y te costará la vida.
Y, hasta el día de hoy, las abejas mueren poco después de la picadura.
Leyenda de la Antigua Grecia.
jueves, 29 de julio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario