Diez ancianos decidieron celebrar el Año Nuevo con una gran vasija de vino de arroz caliente. Pero como ninguno de ellos podía aportar la cantidad necesaria para todos, acordaron traer una jarra cada uno.
Sin embargo, en el camino a su bodega, todos pensaron: "¡Mi vino es demasiado valioso para compartirlo! Nadie se dará cuenta si traigo una jarra de agua".
Y así, cuando se reunieron para la celebración, todos volcaron ceremoniosamente el contenido de sus jarras en la vasija grande y luego bebieron, sin decir una palabra, un vaso de agua caliente cada uno.
Cuento popular japonés.
jueves, 22 de julio de 2010
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