En compañía de uno de sus acólitos, el diablo vino a dar un largo paseo por el planeta Tierra. Habiendo tenido noticias de que la Tierra era terreno de odio y perversidades, corrupción y malevolencia, abandonó durante unos días su reino para disfrutar de su viaje. Maestro y discípulo iban caminando tranquilamente cuando, de pronto, este último vio una partícula de verdad. Alarmado, previno al diablo:
— Señor, allí hay una partícula de verdad, cuidado no vaya a extenderse.
Y el diablo, sin alterarse en lo más mínimo, repuso:
— No te preocupes, ya se encargarán de institucionalizarla.
Cuento de origen desconocido.
jueves, 28 de enero de 2010
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