Enseñaba rabí Uri:
“El ser humano es como un árbol. Si uno se para frente a un árbol y lo mira sin pausa para ver cómo crece y cuánto ha crecido, no verá nada. Pero si se lo atiende en todo momento, se lo poda y se lo protege de los insectos, a su debido tiempo alcanzará su desarrollo. Ocurre lo mismo con el ser humano: Todo lo que necesita es superar los obstáculos, y entonces progresará y crecerá. Pero no es bueno examinarlo a cada hora para ver cuánto se ha agregado a su crecimiento.”
Cuento de la tradición jasídica.
miércoles, 13 de enero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario