Un joven compositor acudió en cierta ocasión a Mozart para que le dijera cómo desarrollar su talento.
— Le aconsejaría que empezara con cosas sencillas — le dijo el compositor —. Canciones, por ejemplo.
— ¡Pero usted componía sinfonías cuando era apenas un niño! — protestó el otro.
— Es muy cierto, pero yo no tuve que acudir a nadie para que me dijera cómo desarrollar mi talento.
Cuento tomado de “La oración de la rana”, de Anthony de Mello.
martes, 30 de junio de 2009
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2 comentarios:
Talvez un poquito petulante Mozart pero muy cierto hasta cierto punto...
Muy interesante antología. Gracias por facilitar el recorrido…
Un saludo
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