Había un rey de corazón puro y muy interesado por la búsqueda espiritual. A menudo se hacía visitar por yoguis y maestros místicos que pudieran proporcionarle prescripciones y métodos para su evolución interna.
Cierto día, le llegaron noticias de un asceta muy sospechoso y entonces decidió hacerlo llamar para ponerlo a prueba.El asceta se presentó ante el monarca, y éste, sin demora, le dijo:
— ¡O demuestras que eres un renunciante auténtico o te haré ahorcar!
El asceta dijo:
— Majestad, os juro y aseguro que tengo visiones muy extrañas y sobrenaturales. Veo un ave dorada en el cielo y demonios bajo la tierra. ¡Ahora mismo los estoy viendo! ¡Sí, ahora mismo!
— ¿Cómo es posible — inquirió el rey — que a través de estos espesos muros puedas ver lo que dices en el cielo y bajo tierra?
Y el asceta repuso:
— Sólo se necesita miedo.
Cuento de la tradición hindú.
viernes, 12 de junio de 2009
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