Dos ángeles viajeros se detuvieron para pasar la noche en la casa de una familia adinerada. La familia era poco hospitalaria y alojó a los ángeles en un rincón del frío sótano.
Mientras estaban armando sus camas en el suelo, el ángel más viejo vio un agujero en la pared y lo reparó.
La noche siguiente, el par de ángeles fue a descansar en la casa de un pobre granjero muy hospitalario y su esposa. Después de compartir la humilde comida, la pareja de granjeros les cedió su cuarto a los ángeles para que pudieran descansar bien.
Cuando el sol se levantó a la mañana siguiente, los ángeles encontraron al granjero y su esposa llorando. Su única vaca, cuya leche había sido su sólo ingreso, yacía en el campo. El ángel más joven se asombró y le preguntó al más viejo cómo había permitido que eso ocurriera.
— El primer hombre tenía todo, y además tú lo ayudaste... La segunda familia tenía muy poco y estaba dispuesta a compartir todo... ¡Y tú permitiste que la vaca se les muriese...!
— Cuando nos quedamos en el sótano de la mansión — contestó el más viejo —, vi, por el agujero de la pared, que había muchas bolsas de oro en la habitación vecina. Como el dueño se obsesionó con su avaricia y no era capaz de compartir su fortuna, yo le sellé la pared para que nunca más las vuelvan a encontrar. Y anoche, cuando nos fuimos a dormir a la cama de los granjeros, vino el ángel de la muerte para llevarse a su esposa. Yo le di en cambio la vaca. Las cosas no siempre son lo que parecen.
Cuento de origen desconocido.
miércoles, 1 de julio de 2009
Las cosas no siempre son lo que parecen
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1 comentario:
las cosas no siempre son lo que parecen y una primera mirada no siempre es suficiente, escuche un cuentito similar a este donde el protagonista siempre decia "porque dices que desgracia o que suerte, espera haber que nos trae el tiempo"...
la vida da muchas vueltas y tieene un sin fin de matizes, convivir con ellos es parte de nuestro creciemiento.
un besito
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