Una vez llegó un profeta a una ciudad con el fin de convertir a sus habitantes. Al principio la gente lo escuchaba cuando hablaba, pero poco a poco se fueron apartando, hasta que no hubo nadie que escuchara, sus palabras.
Cierto día, un viajante le dijo al profeta:
— ¿Por qué sigues predicando? ¿No ves que tu misión es imposible?
Y el profeta le respondió:
— Al principio tenía la esperanza de poder cambiarlos. Pero si ahora sigo gritando es únicamente para que no me cambien ellos a mí.
Cuento de Anthony de Mello.
miércoles, 17 de junio de 2009
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1 comentario:
El buscador de la verdad no evalua los resultados solo lo hace por amor a la verdad y mantenerse en ese camino sin volver al rebaño es tarea de iluminados o de leones como describia Niestzche.
un beso para tu alma
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