Había una vez un grupo de monjes que vivían en cuevas en el desierto.Un día, un joven monje fue a consultar a un anciano.
— Padre — le dijo —, tú sabes que hace poco más de un año que vivo aquí en el desierto. Durante este tiempo ya son seis o siete veces que ha venido una plaga de langostas. Tú sabes bien lo fastidiosas que son. Se meten por todas partes, incluso en la comida. ¿Tú qué haces en este caso?
El anciano, que llevaba ya cuarenta años viviendo en el desierto, le contestó:
— Al principio, cuando me caía una sola langosta en la sopa, tiraba todo el plato. Luego, quitaba las langostas y comía la sopa. Después, lo comía todo. Ahora, si alguna langosta trata de escapar de la sopa, la vuelvo a meter.
Apotegma de los padres del desierto.
sábado, 13 de junio de 2009
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