Una vez, Nasrudín le dijo a su hijo:
— Pídeme lo que quieras y te lo daré.
El niño, muy emocionado pues conocía la pobreza de su padre, le contestó:
— Te lo agradezco de todo corazón. ¿Puedes darme tiempo hasta mañana? Tengo que pensar.
— Muy bien — dijo Nasrudín —. Hasta mañana.
Al día siguiente, el hijo fue a ver a su padre y le pidió un burrito.
— Ah no — le contestó Nasrudín —. No tendrás el burrito.
— ¡Pero me habías prometido darme lo que quisiese!
— ¿Y no he mantenido mi palabra? ¡Me pediste tiempo y te lo he dado!
Cuento de la tradición sufí.
jueves, 25 de junio de 2009
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1 comentario:
jajaj era un cruel narsudin jajaj pero rapido como ninguno...tendría que aprender de el un poco a ver si me despierta...
un beso
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