Había una vez un rey que respondía con sabiduría todas las preguntas que le hacían. Cada súbdito que se presentaba ante él salía con la respuesta justa a su pregunta.
Cierto día, un joven celoso de su sabiduría se propuso tenderle una trampa. Se presentaría ante el rey con pequeño pájaro entre las manos y le preguntaría si estaba vivo o muerto. Si el rey decía que estaba vivo, él apretaría al pájaro y, al abrir las manos, éste caería muerto. Y el rey se habría equivocado. Si el soberano contestaba que estaba muerto, el súbdito lo dejaría volar. Y el rey también se habría equivocado. El hombre se sentía orgulloso su plan. No podía fallar. Fue así que llegó ante el rey y expuso su pregunta:
— Dime si éste pájaro que tengo en mis manos está vivo o muerto.
El rey, luego de mirar al joven a los ojos le respondió:
— Querido amigo, ¿por qué me preguntas eso a mí si la respuesta está en tus manos?
Cuento de origen desconocido.
domingo, 21 de junio de 2009
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1 comentario:
La sabiduría siempre puede mas que la astucia... SABIOS mensajes encierran tus letras.
un beso
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