Nasrudín entró a una tienda a comprar unos pantalones, pero después cambió de idea y optó por un manto que costaba lo mismo.
Cuando tomó el manto y salió de la tienda, el comerciante le gritó:
— ¡Espere, todavía no me ha pagado!
— Le dejé los pantalones, que tenían igual precio.
— ¡Pero tampoco me pagó los pantalones!
— ¿Por qué habría de pagar por algo que no llevé?
Cuento de la tradición sufí.
sábado, 25 de septiembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario