Cierta vez, corrió por el valle la noticia de que un hombre sabio vivía en una cabaña en la cima de un monte. Un hombre del pueblo, afligido por los problemas de su vida, decidió hacer el largo y difícil viaje para visitarlo.
Cuando llegó a la cabaña, un anciano con ropas de sirviente le abrió la puerta.
— Quisiera ver al hombre sabio —dijo el visitante.
El criado sonrió y lo hizo pasar. Mientras caminaban por la casa, el hombre del pueblo miraba ansiosamente a su alrededor, anticipando su encuentro con el sabio. Pero, antes de darse cuenta, ya había salido por la puerta de atrás. Sorprendido, se detuvo y se volvió hacia el criado:
— ¡Pero, yo quiero ver al hombre sabio!
— Ya lo hizo —dijo el viejo—. Si usted mira a cada persona como a un sabio, por insignificante que parezca, buena parte de los problemas que lo aquejan se resolverán.
Cuento de origen desconocido.
sábado, 11 de septiembre de 2010
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