Le preguntaron al rabí Baal Shem Tov por qué los jasidim se lanzaban a bailar y a cantar con cualquier pretexto. ¿Era éste un comportamiento de gente en su sano juicio? Como respuesta, el rabí contó la siguiente historia:
“Una vez, un músico talentoso pero desconocido llegó a la ciudad, se paró en una esquina y comenzó a tocar. Quienes lo escuchaban no podían seguir su camino y, muy pronto, una multitud se congregó a su alrededor, cautivada por esa música gloriosa. Se movían a su ritmo y toda la calle se transformó en una masa humana danzante.
Un hombre sordo que pasaba por allí preguntó:
— ¿Se han vuelto locos? ¿Por qué saltan y dan vueltas moviendo los brazos?”
— Los jasidim —concluyó Baal Shem Tov — se mueven al son de la melodía que emana de todas las criaturas de Dios. Si esto los hace parecer locos ante las personas de oídos menos sensibles, ¿deberán dejar de bailar?
Cuento de la tradición jasídica.
miércoles, 24 de febrero de 2010
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