Un hombre colocaba flores en la tumba de un pariente, cuando vio a un chino poniendo un plato con arroz en la tumba vecina.
El hombre se dirigió al chino y le preguntó:
— Disculpe señor pero, ¿cree usted que de verdad el difunto vendrá a comer el arroz?
— Sí — respondió el chino —. Cuando el suyo venga a oler sus flores...
Cuento de origen desconocido.
domingo, 17 de mayo de 2009
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