El pueblo se vio sacudido por un terremoto, y al Maestro le complació comprobar la impresión que produjo en sus discípulos la falta de miedo que él había demostrado.
Cuando, unos días más tarde, le preguntaron qué significaba vencer el miedo, él les hizo recordar su propio ejemplo: “¿No visteis cómo, cuando todos corrían aterrorizados de un lado para otro, yo seguí tranquilamente sentado bebiendo agua? ¿Y acaso alguno de vosotros vio que mi mano temblara mientras sostenía el vaso?”.
“No”, dijo un discípulo, “Pero no era agua lo que bebíais, señor, sino salsa de soja”.
Cuento de origen desconocido
sábado, 28 de marzo de 2009
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1 comentario:
JAJAJJAAJA
ESPECTACULAR !!!!!!!!
Carcajadas y moraleja.
BESOS
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