Un campesino, que vivía con muchas dificultades, poseía algunos caballos para que lo ayudasen en los trabajos de su pequeña hacienda. Un día, su capataz le trajo la noticia de que uno de los caballos había caído en un viejo pozo abandonado. El pozo era muy profundo y sería extremadamente difícil sacarlo de allí.
El campesino fue rápidamente hasta el lugar del accidente, y revisó la situación, asegurándose de que el animal no se había lastimado. Pero, por la dificultad y el alto precio para rescatarlo, creyó que no valía la pena invertir en la operación.
Tomó, entonces, una difícil decisión: determinó que se sacrificase al animal enterrándolo en el mismo pozo. Y así se hizo. Los empleados, comandados por el capataz, comenzaron a lanzar tierra para cubrirlo. Pero, a medida que ésta caía, el animal se la sacudía y se iba acumulando en el fondo. Así, el caballo fue subiendo sobre la tierra amontonada hasta que, finalmente, consiguió salir del pozo.
Cuento de origen desconocido
miércoles, 18 de marzo de 2009
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1 comentario:
A más adversidad, más energía para remontar...
IMPECABLE Y PRECIOSO.
Un gran abrazo.
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