Cuatro monjes decidieron caminar juntos en silencio durante un mes. El primer día, todo fue estupendamente; pero pasado el primer día, uno de los monjes dijo: “Estoy dudando si he cerrado la puerta de mi celda antes de salir del monasterio”.
Y dijo otro de ellos: “¡Estúpido! ¡Habíamos decidido guardar silencio durante un mes, y vienes tú a romperlo con esa tontería!”.
Entonces, dijo el tercero: “Y tú, ¿qué? ¡También tú acabas de romperlo!”.
Y el cuarto monje dijo: “¡A Dios gracias, yo soy el único que aún no ha hablado!”.
Cuento tomado del libro “La oración de la rana”, de Anthony de Mello.
viernes, 20 de marzo de 2009
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1 comentario:
Basta violar la primera puerta...
Me encantó este cuento de efecto dominó.!!!
ABRAZOS ...
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