Una tarde, rabí Pinjas entró en la casa de estudio y advirtió que los discípulos allí reunidos callaban al verlo y lo miraban con cierta confusión. Entonces él les preguntó:
— ¿Qué los preocupa?
— Rabí — respondió uno de los discípulos —, estábamos hablando de nuestro temor a que nos persiga la inclinación al mal.
— No deben ser tan vanidosos — replicó rabí Pinjas —. No han llegado tan alto como para que esa inclinación los persiga. Por ahora son ustedes los que persiguen a la inclinación.
Cuento de la tradición jasídica
jueves, 12 de febrero de 2009
Perseguidores y perseguidos
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3 comentarios:
A veces nos creemos el centro de todo universo conocido...
Y no somos más que un minúsculo grano de arena en el tiempo.
Bellísimos cuentos.
Muy Inspiradores.
Saludos
Annie, gracias por compartir el espíritu de estos cuentos.
La mayoría de las veces disfrazamos nuestros miedos con un brillante manto de soberbia.
Me sonó a parábola tu cuento.
Muy aleccionador.
Un saludo.
Tu blog es una perlita original eh!
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