Cierto día, el sultán fue a la mezquita. Sus guardias le abrían paso golpeando a la multitud con sus bastones. Golpeaban a la gente en la cabeza y desgarraban sus vestidos.
Un hombre no pudo escapar a tiempo y recibió una decena de bastonazos. Se dirigió entonces al sultán:
— Mira lo que haces para ir a la mezquita, es decir, para llevar a cabo una buena acción. ¿Quién puede decir de qué serás capaz el día en que decidas cometer una mala acción?
Cuento de la tradición sufí, tomado del libro “150 cuentos sufíes”, de Rumi
jueves, 5 de febrero de 2009
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