Cierta vez se organizó una carrera en el país de los sapos. El objetivo consistía en llegar a lo alto de una gran torre.
Todo estaba preparado y una gran multitud se reunió para mirar y alentar a los participantes. En su momento, se dio la señal de partida y todos los sapos comenzaron a saltar. Pero como la multitud no creía que nadie llegara a la cima de aquella torre, todo lo que se escuchaba era: “no lo van a conseguir”, “es demasiado alta”, “es muy difícil”.
Así, la mayoría de los sapitos empezaron a desistir. Pero había uno que persistía, pese a todo, y continuaba subiendo. Finalmente, fue el único que llegó a la cima con todo su esfuerzo.
Cuando fue proclamado vencedor muchos se acercaron a hablar con él y a preguntarle cómo había conseguido llegar al final y realizar semejante proeza. Grande fue su sorpresa al darse cuenta de que el sapito era sordo.
Cuento de la tradición sufí
domingo, 15 de febrero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Estoy tan encantada con este Blog !
Hechizada estoy.
La sordera como ventaja !! Qué gran lección...
1)Gracias . . .
2)En tu cuento publicado ¨La importancia de la Luna¨, encontré un argumento para mi entrada REBELIÓN DE LUNA, que te dedico en razón que sin tu musa, no lo hubiera podido escribir.
Un gigante saludo.
Publicar un comentario