La topadora avanzaba amenazante hacia el enorme hormiguero.
Cuando una de las vigías dio la voz de alarma, novecientas noventa y nueve mil novecientas noventa y nueve hormigas se apilaron unas sobre otras, hasta esbozar una inmensa figura.
Cuando llegó la hormiga número un millón, la figura se cerró. Una aterradora hormiga gigante tomó entre sus tenazas la topadora y la hizo trizas. El conductor huyó despavorido.
Cuento de Graciela Pérez Aguilar.
lunes, 3 de enero de 2011
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1 comentario:
Guau, qué imagen! Buen cuento, me gustó, breve y original.
Jeve
Jeve y Ruma
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