A un individuo dotado de auténtico espíritu emprendedor pero al que desalentaban las frecuentes críticas que se le hacían, le dijo el Maestro:
—Escucha las palabras del crítico, que te revelarán lo que tus amigos tratan de ocultarte.
Y añadió:
— Pero no te dejes abrumar por lo que el crítico diga. Nunca se ha erigido una estatua en homenaje a un crítico. Las estatuas son para los criticados.
Cuento de Anthony de Mello.
sábado, 1 de enero de 2011
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